RECONQUISTA DE LA EXTREMADURA CASTELLANA

 

Llegados a este punto, continuamos con lo que la historia ha dejado escrito sobre nuestro espacio geográfico. Las incursiones cristianas seguían sucediéndose sobre las aldeas y los valles de confluencia con el propio del río Henares, así el conde Fernán González de Castilla en el año 975 se apoderó de la fortaleza de Atienza, que posteriormente fue recuperada por el general Galib, gobernador de Medinaceli durante la campaña de Almanzor en el año 980, quien volvió a establecer un completo control sobre la Marca Media. Con la muerte del Caudillo Musulmán, el Califato de Córdoba se desmembró en pequeños reinos llamados Taifas, dominados por grandes familias musulmanas. La provincia de Guadalajara y sur de la de Soria, como territorios de frontera norte de la Marca Media, se integraron en el reino Taifa de Toledo.

 

Esta desmembración originó una cierta debilidad que fue aprovechada por los reyes cristianos para seguir sus incursiones por tierras andalusíes; así el rey Fernando I de Castilla entre los años 1060-1063, tomando  Santiuste,  Santamera  y  Gormicis

(Huermeces), prosiguió campaña hasta Hita, Guadalajara, Alcalá y Madrid. Esta campaña que atravesó las tierras próximas a nuestro valle, no aportó en principio ningún cambio militar estable en la zona.

  

Los que sufrían sin duda las consecuencias de estas algaradas eran los campesinos de nuestras aldeas,  seguramente descendientes de  tardo-romanos  y  visigodos

 ( posible necrópolis visigoda en el paraje denominado “Alto el Santo” con hallazgo de un sarcófago  tallado en piedra de una sola pieza y reclinatorio en la zona de reposo de la cabeza ), sometidos al poder del Islam y que verían como sus cosechas, ganados y casas eran arrasadas, saqueadas y quemadas por el hecho de estar situadas en territorio fronterizo y por consiguiente conflictivo, de estas correrías quedaría testimonio en el Poema del Cid con la toma del Castejon y las algaradas

“fenares abajo” de su lugarteniente Alvar Fañez de Minaya .

“Alto el Santo” Medranda. Sarcófago tallado en piedra. Foto José Ig. Rodríguez. Año 2.007

 

Recientes estudios están demostrando que fue el curso del río Cañamares el camino natural por donde Rodrigo Díaz de Vivar el Cid Campeador camino del destierro impuesto por el rey Alfonso VI , atravesó la sierra de Miedes esquivando la fortaleza de Atienza “La peña muy fort” del Poema, que estaba en poder musulmán para llegar a la celada y toma del Castejon ( Hisn ó Castillo de Jadraque ), no hay que olvidar que el camino desde Robledo de Corpes, Hiendelaencina y Congostrina se topaba hacia la derecha con el valle del Bornova y sus dos defensas, el castillo y torre del Corlo (Alcorlo) y la Casilla de los Moros en Castrillo ( San Pedro del Castillo, despoblado que fue entre Membrillera y La Toba ), por tanto las huestes del Campeador tratarían de evitar todo contacto para no ser descubiertos en semejantes parajes, por tanto su itinerario atravesaría desde Congostrina la bajada al Cañamares atravesando parte de los términos de la Toba y Pinilla de Jadraque para bajar y acceder de nuevo al cauce del río cañamares atravesando el termino y las dehesas de Medranda hasta su desembocadura en el Henares por Bragadera ( Castilblanco de Henares ).

 

Despues de la toma del Castejon y las algaradas guerreras de Alvar Fañez de Minaya sobre las aldeas del valle del Henares y la propia ciudad de Guadalajara , se volvieron las huestes del Cid “ Fenares arriba, camino de las alcarrias”, el monte más alto de Medranda se conoce como “El pico de la Alcarria”.

 

Esta hipótesis ya fue tratada anteriormente en trabajos realizados sobre la obra del insigne literato y dramaturgo Don Benito Pérez Galdós “Alma y Vida”, cuya acción en principio ficticia se desarrolla en un basto territorio castellano poseído por la duquesa de “Ruydiaz” y los términos de Briluenga, MEDRANDA y Peñalba entre otros.

 

Curiosamente estudiosos en el tema han identificado que estos lugares tienen una cierta correspondencia y cercanía con los caminados y atravesados por el Cid en su destierro.

 

Que el territorio se llamara “Ruydiaz” haría honor y mención al caballero Rodrigo Díaz de Vivar, Medranda no tiene cambio en su topónimo y ha sido y es conocida con el mismo nombre, si bien se hace mencion a la existencia de un convento de monjas ( En el cercano pueblo de Pinilla de Jadraque aun subsiten las ruinas del convento de las monjas calatravas fundado en el siglo XIII), Briluenga se correspondería con Brihuega, Peñalba con Peñalba del Cid ya en  tierras de Valencia, final del camino del destierro, luego posiblemente Don Benito Pérez Galdós oyera y recogiera ciertas tradiciones orales de nuestro entorno y las desarrollo para su obra, no hay que olvidar que visitó en Jadraque por los años 1884-85 a Don José Ortega Munilla, padre del insigne Don José Ortega y Gasset , siendo este aun niño, quienes residían en la Villa, por lo tanto no es de extrañar  que Don Benito utilizase estos conocimientos y los de los entornos de la comarca de Atienza, villa que también visitó para escribir algunas de sus obras.

 

Hoy Medranda se encuentra incluida como población integrante del llamado

“Camino del Cid” por tierras de Guadalajara. (MEDRANDA CAMINO DEL CID. www.caminodelcid.org/Poblacion_Medranda.aspx)

                         

Fue el rey Alfonso VI, hijo del anterior, el que con  la toma definitiva del reino Taifa de Toledo en el año 1085 por primera vez consiguió pacificar estar tierras y traer hacia manos cristiano-castellanas toda la línea divisoria de los valles del Bornoba y Cañamares en su punto de confluencia con el Henares, todo ello dominado desde la fortaleza de Atienza que fue entregada al rey castellano sin lucha, no obstante la prolongación del río Henares hacia Matillas, Mandayona, camino de Sigüenza todavía permanecería en manos musulmanas como lo atestiguaran posteriormente documentos fechados y confirmados por el rey Alfonso VII “El Emperador” con la entrega de Aragosa al Obispo de Sigüenza  Bernardo de Agen, delimitando la línea divisoria de Tierra de Moros ( Mirabueno ) en el año 1147; Sigüenza fue reconquistada el año de 1123.

 

Nuevamente la incursión almorávide en los años iniciales del siglo XII, provocando las derrotas de Alfonso VI en las batallas de Zalaca y Ucles, obligó a un  nuevo retroceso de las huestes cristianas, sufriendo nuestros valles las incursiones mahometanas de los almorávides. No fue hasta el 1096 cuando definitivamente se tomo la villa y fortaleza de Atienza, restituyendo de nuevo el poder castellano sobre estas tierras de la sierra y la campiña guadalajareñas.

 

A partir de este momento se inicio la acción repobladora que tendría como máximo efecto la entrega real de bastos territorios a manos concejiles, creándose las verdaderas instituciones económico-administrativas y jurídicas que serían fundamentales para la expansión de la retaguardia cristiana a lo largo del Sistema Central peninsular denominado “ La Extremadura Castellana “.

 

Estas instituciones agrupadas inicialmente en “Alfozes”  devinieron en constituir lo que se denominaron “Comunidades de Villa y Tierra “, llegando a establecerse un total de 42 Comunes.

                               

Comunes de Villa y Tierra de Guadalajara en el siglo XII.

 

Esta forma de estructura organizativa giraba en torno a una ciudad o villa grande por cabeza de comarca que iniciaba su repoblación. El rey por lo general otorgaba un fuero y señalaba los límites al mismo. Su origen es en parte romano-visigodo, pues el predominio de la Urbs (ciudad ó villa) sobre el Territorium es incuestionable, siendo el fundamento de tal estructura la propia sociedad rural, es decir, los elementos fundamentales de ésta eran, la villa que dependía directamente de la autoridad Real, gobernada por el concejo mediante un fuero que recopilaba un código de Derecho propio de origen germánico. La villa como plaza fuerte estaba rodeada de murallas y en su interior surgen los “barrios” en torno a las iglesias que se encuentran en ella.

 

La Tierra que es dependiente de la villa estaba poblada de pequeñas aldeas repartidas en sexmos. El dominio de esta tierra podía establecerse según sus diversos tipos en Tierra realenga, de abadengo, solariega y de behetria, en función de la pertenencia en el dominio al rey, al obispo ó abad, al noble ó los propios pobladores.

 

Fue la villa de Atienza la que constituyo el Común al que perteneció Medranda desde su constitución. El Común de Villa y Tierra de Atienza extendió sus limites durante el siglo XII, recibiendo de manos de Alfonso VII  “ El Emperador “  en 1141 un fuero y la asignación de un territorio enorme, que desde los altos de Pela continuaba por el castillo de Diempures ( Cantalojas ), bajando el limite por el Sorbe; el Ocejón luego, hasta Padilla de Hita, la meseta alcarreña por Miralrio y el río Badiel por Valfermoso, llegando al Tajo, hasta  Gualda, Recuenco y Armallones, siendo su limite oriental Sigüenza establecida como Obispado ó Episcopado en 1121.

 

Este amplísimo y poderosísimo Común de Atienza, ayudó con sus huestes concejiles (ejércitos compuestos por gentes de sus aldeas y villas al servicio del rey) en la toma de Cuenca en el año 1177 y en la batalla de las Navas de Tolosa al lado del rey Alfonso VIII en el año de 1212.

 

Llegados a este punto de pertenencia de Medranda  al Común de Villa y Tierra de Atienza en el periodo de repoblación de la Extremadura Castellana (siglos XI-XII), vamos a aportar una serie de documentos históricos donde figura nuestro pueblo con nombre propio. La mayoría de estos documentos están relacionados con aspectos y temas religiosos ó monacales a  través del Obispado de Sigüenza, al que pertenecía el Arciprestazgo de Atienza y todas sus aldeas y más concretamente con los registros de escrituras de Ordenes Militares (Calatrava) a la que perteneció el convento de monjas cistercienses-calatravas del monasterio de San Salvador de Pinilla fundado en 1218.